Aberturas Aluminar

 

El té argentino cumple en 2023 nada menos que 100 años de historia y todo fue por un ucraniano que huía de la guerra
Todo comenzó gracias a dos hermanos ucranianos, Wladimir y Tijon Hnatiuk. Tijon, sacerdote ortodoxo, arribo desde Kiev a Tres Capones, al sur de Misiones, en 1908, a trabajar en la comunidad. Hacia allí llegó Wladimiro Hnatiuk, en 1910 desde la región de Volynia, -siempre disputado por unos y otros, territorio que hoy se reparten Ucrania, Polonia y Bielorrusia, que escapaba de las guerras y tensiones permanentes, principalmente con Rusia.
El pastor vuelve a Ucrania cuando estalló la Primera Guerra Mundial (1914). Y Wladimir se quedo trabajando su chacra, de menos de 5 ha., plantando de todo. Hasta 1923, donde se reencontró con su hermano casi 10 años después. Ese reencuentro dio origen al comienzo del té en Argentina, porque Tijón trajo consigo semillas de té de Crimea. Así arrancaron las primeras plantaciones de té y la primera industria tealera, muy rudimentaria. Un sector que fue creciendo imparable hasta convertirse hoy en un gran exportador a más de 40 países y especialmente a los Estados Unidos, donde el té argentino tiene incluso mayor inserción que el té proveniente de China o India, debido a la transparencia de su licor, usado principalmente para Iced Tea ( té frio)
En 1937, casi 15 años después, el Ministerio de Agricultura le reconocería a Wladimiro Hnatiuk que el té reunía las características organolépticas adecuadas. Enviándole además, un Diploma de Honor donde se le reconocía la proeza de traer el té a la Argentina.
W. Hantiuk, además de cultivar el té, vendía las semillas a otros colonos, y así se fue expandiéndolo al resto de la provincia y haciendo crecer a ciudades y pueblos como Campo Viera, Oberá, Campo Grande, 25 de Mayo, Cainguás, Guaraní, San Pedro, Leandro N. Alem y San Javier, en la llamada zona centro de Misiones.
Tres Capones ( que este año pude visitar) sigue siendo un pueblito casi tan chico como hace 100 años, donde se destaca una iglesia ortodoxa del Manto Sagrado de María, vistosa y algo fuera de lugar.
Cerca de ahí está el cementerio, donde está enterrado el pionero ucraniano, su hermano y su familia.
A pocos metros está el viejo establecimiento que hacía las veces de hogar y fábrica y que quedó detenida en el tiempo, contando aún con dos plantas de té como símbolo vivo de todo lo ocurrido allí.
Como amante del té, me siento en la obligación de rescatar esta historia centenaria y divulgarla.

María Inés Rosillo (@maines.te.blends)
Sommelier de té

El té argentino hoy
La región tealera argentina está comprendida entre los 26° y 28° latitud Sur, constituyéndose en la región más austral del mundo. También existen cultivos de té en Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, y el polo más nuevo de Sudamérica se halla en Chile, que se ha iniciado en estos cultivos.
A nivel país, Misiones concentra el 95% del cultivo de Camellia sinensis y con esta planta elabora diferentes variedades de té (negro, verde y oolong) que son comercializados a granel, en saquitos y en hebras. En Argentina, existen 39.800 hectáreas de té, de las cuales casi 38.000 se encuentran en la provincia de Misiones y cerca de 1.800 en la provincia de Corrientes. Misiones logró ser pionera con una característica singular: la mecanización de todo el proceso, con lo cual se potencia otra industria, la de la metal mecánica.
La participación de la Argentina en el mundo es especialmente significativa en el segmento del té negro a con el 2,7%, 9º productor mundial. Anualmente, en el país se producen aproximadamente 80.000 toneladas de té, lo que representa el 90% de la producción total del continente americano. Actualmente, el 90% de la producción de té argentino está destinado al mercado externo y su volumen representa casi el 2% del consumo mundial. El principal destino es Estados Unidos, que compra el 70% de la producción y lo utiliza en su tradicional bebida: Ice Tea (té helado). Otros destinos importantes son Chile, Polonia, Rusia, Alemania; seguidos por Reino Unido, India, Malasia y otros 30 países.
Según datos del Ministerio del Agro de Misiones, durante 2021 se exportaron 72.703 toneladas de té negro y 2415 de té verde. Misiones viene desarrollando fuerte el té orgánico certificado y busca darle mayor valor agregado a sus envíos, donde predominan los productos de bajo precio por ahora.
El 45 % de las plantaciones de Misiones, es decir unas 17.111 Ha, están certificadas bajo normas de producción sustentable, con responsabilidad social, ambiental y económica. En los últimos años, además cobró impulso el té gourmet que permitió el despliegue de vínculos con el mercado nacional. El té que se produce en Misiones es reconocido a nivel mundial por su color, su inocuidad y por permanecer traslúcido en infusiones frías como el Iced Tea. En este aspecto, también se desataca al sector tealero en su vínculo con las instituciones que promueven el desarrollo de conocimiento científico para el fortalecimiento de la agroindustria.
En base a los estudios realizados por la UBA, la UNaM, el INTA y recientemente el INTI, a través de un estudio denominado “Caracterización del Té”, se ha determinado un alto contenido en polifenoles en el té argentino lo cual le confiere un alto poder antioxidante, beneficioso para la salud humana. Los polifenoles son sustancias que se encuentran en las plantas y en determinados alimentos. Aportan muchos beneficios para actuar, especialmente, contra los radicales libres, siendo perfectos antioxidantes naturales.
Cuando se habla de exportaciones de té, existen 4 o 5 grandes firmas. Pero también hay más de 20 industrias tealeras de diversos tamaños dedicadas a la exportación. Las exportaciones alcanzaron su máximo volumen en 2014 con 110 millones de dólares, pero desde entonces el sector se estancó.
Hoy está atravesando las dificultades del atraso cambiario, sin la posibilidad de poder volcar el grueso de la producción al mercado interno.