Aberturas Aluminar

De niño, Pablo Jesús "Chicho" Mingorance alternaba sus tardes de colegio y juegos con amigos, en su Venado Tuerto natal, con el fútbol, su pasión y su futura profesión. No sólo jugaba y soñaba con convertirse en profesional, sino que expandía su amor a este deporte coleccionando.
«Empecé de chiquito, en Navidad y Reyes nunca pedía juguetes; mis pedidos eran camisetas y pelotas. A los 6 años arranqué con el coleccionismo y en mi pieza colgaba camisetas», le contó el actual jugador de Universidad San Carlos, de Guatemala, a El Café Diario.
Con el paso del tiempo, su colección se fue ampliando y encontró las piezas principales de su futuro Museo. «Cuando empecé a jugar en clubes, veía en las utilerías botines tirados y descartados. Me llamó la atención y comencé a juntarlos. También me iba en bicicleta a recorrer y pedirle a los zapateros botines rotos; me miraban con cara raras y sin entender para que los quería«, rememora.

El ultimátum de la madre
Mingorance cuenta una divertida anécdota: «Tenía todo guardado en el altillo de mi casa. Cuando me mudé, mi vieja me dijo: ‘Llevate toda esta porquería’. En la nueva casa, mi novia me preguntó: ‘¿Qué vas a hacer con esta porquería?’. Entonces creé el Museo del Botín«.
Ese Museo, radicado en Venado Tuerto, tiene como estrella principal a los botines de fútbol, algunos usados por Mingorance, otros obsequiados por colegas y muchos donados o recolectados.
También cuenta con cientos de camisetas y shorts oficiales, pelotas, canilleras, banderines, revistas, libros de fútbol, muñequitos de jugadores de Coca Cola, y artículos de marketing deportivo relacionado con el fútbol. «Veo un paquete de golosinas, botellita o latita con la cara de Messi, o de otro futbolista o club, y lo compro para mi Museo», asegura.

Su recorrido en Guatemala
Mingorance, de 34 años, jugó en Centenario y en Jorge Newbery, ambos de Venado Tuerto, Belgrano de Santa Isabel y Sportivo Las Parejas. En 2016 emigró a Guatemala, contratado por Deportivo Guastatoya.
Se afianzó y lució en esa nación centroamericana y luego siguió en Municipal, Siquinalá, Antigua GFC, Xelajú, Coatepeque y desde el año pasado, Universidad San Carlos. Tuvo en medio una temporada, el segundo semestre de 2022, en Colón FC de Uruguay.

Zapatos de figuras y el botín soñado
Botines utilizados por Martín Palermo, Maxi Rodríguez, Enzo Pérez, Claudio Turco García, Roberto Abbondanzieri, Carlos Mono Navarro Montoya y del ex árbitro Héctor Baldassi, entre cientos más, se lucen en los estantes del Museo del mediocampista nacido el 2 de noviembre de 1989.
«Cada botín tiene un sueño e historia por contar», es uno de los lemas de Mingorance. Y su sueño máximo es sumar a su impresionante colección un calzado utilizado por Lionel Messi.
Los míticos botines Sacachispas, un ícono del calzado deportivo en las décadas de 1950 y 1960, previo a la irrupción de marcas, modelos y colores, también están presentes en los estantes de esta particular colección.

El Museo del Botín llega a Quezaltenango
El Museo del Botín adquirió estatus internacional y llegó hasta Guatemala, la tierra donde Mingorance alcanzó fama y trascendencia. Desde el 26 de abril al 5 de mayo se expondrá en la ciudad de Quezaltenango y luego se mudará a otras localidades. No llevará todas sus piezas, pero sí las más importantes y llamativas.
El futbolista detalla: «Es una iniciativa de una empresa, Rec Latinoamérica, que tiene los derechos del Museo de Barcelona y que lo trajo a Guatemala, a Colombia y a Nicaragua. Ellos me contrataron para traer el Museo del Botín acá«.
«En la primera fecha, en Quezaltenango, donde está Xelajú, uno de los equipos donde jugué, se va a hacer en el Parque Intercultural. En una especie de caracol vas pasando por un túnel para hacer el recorrido. Hay patrocinadores, el oficial es Coca Cola. Una de las marcas es un mayorista de máquinas y herramientas, por eso los botines van a estar arriba de una amoladora o de un taladro«, señaló.
Entusiasmado, agrega: «Siguiendo el recorrido por cinco pasillos, se pasa por un salón de leyendas europeas, leyendas sudamericanas, un camarín antiguo… Termina en una Fan Zone, con juegos y activaciones con la gente«.

 

Fuente: El Cafe Diario