Aberturas Aluminar

Sebastián Sinnott no quería ser actor. Si bien su pasión por el arte surgió cuando tenía seis años y comenzó a cantar tangos junto a su abuelo -que hoy tiene 95-, su intención no era dedicarse a la actuación.
Sin embargo, cuando llegó de Venado Tuerto a Buenos Aires a sus 18 años, descubrió un mundo que lo fascinó: “Vine con pocas expectativas hasta que descubrí que realmente quería todo eso”.
Llegó a Capital Federal gracias a la propuesta que recibió de una agencia de modelos. “Arranqué haciendo algunos cursos y viajaba una vez por mes, cosa que a mi familia económicamente le costó mucho en un principio. Hasta que decidí quedarme y la empresa me ayudó a entrar como extra, además de trabajar en gráficas”, cuenta en una entrevista exclusiva con Teleshow.
Así, lo convocaron para ser extra en la ficción de Disney Soy Luna y cuando regresó a su casa estaba convencido de lo que quería. “Me quiero dedicar a esto. ¡Me encanta!”, pensó y le comentó a sus seres queridos. Empezó a estudiar teatro y actuación con cámara. Con el tiempo, llegaron las primeras obras independientes, incluso las giras: “No podía creerlo”.
Sin embargo, cuando intentó comenzar una carrera en televisión y fue a un casting, surgió la primera desilusión. “Me dijeron que no servía y que me dedicara a otra cosa. Fue un golpe muy duro. Llevaba poco tiempo estudiando, era un nivel muy alto y además extrañaba mucho”, recuerda quien interpreta a Alfonso en Argentina, tierra de amor y venganza (ATAV).
“Volví a casa, llamé a mis viejos y me lloré todo”, continúa quien está en pareja hace un año y medio. “Al otro día me levanté y lo único que quería era trabajar para hacer otro casting con esa misma directora y quedar seleccionado”.
Lejos de bajar los brazos, el actor que hoy tiene 22 años siguió formándose y este año se dio cuenta que todo esfuerzo tiene su fruto: lo convocaron para ser parte de la novela más vista de la televisión argentina y también lo llamaron para ser parte de una serie de Disney.
“Hoy, cuatro años después, nos solemos encontrar con la chica que le hizo el casting y nos reímos de lo que pasó. A pesar de que me dolió y siento que no estuvo bien lo que hizo, en vez de abandonar, entendí que era una oportunidad solamente y que tenía que buscar más. Así que pensando en positivo, una vez más, la pasión me sacó adelante”, destaca quien en diciembre de 2018 realizó una audición para interpretar a Nino, personaje que luego terminó haciendo Joaquín Flamini.
“Después comenzó la tira y yo la miraba todos los días con el deseo de estar ahí. Y en mayo de este año me llamaron para ofrecerme un personaje que duraría tres capítulos. Terminaron siendo 20 y con una historia hermosa”, celebra quien en la ficción mantiene oculta una relación de amor con Malek (Franco Quercia).
Con respecto a su personaje, Sebastián asegura que cuando recibió el guión “no sabía si Alfonso era gay o no”, pero lo que leyó al respecto le resultó “súper interesante”. “Me atrapaba mucho. Cuando fui recibiendo más capítulos, me volví loco”, se entusiasma quien disfruta de cantar tangos junto a su abuelo cuando regresa de visita a Venado Tuerto.
En dichos reencuentros familiares y las veces que vuelve a su ciudad natal, Sebastián se sigue sorprendiendo sobre la repercusión que genera cuando camina por la calle. “A veces se me hace raro porque gente que conozco hace mucho tiempo, o que fuimos al colegio juntos me piden fotos para sus padres o sobrinas. Pero me divierte y me emociona mucho. A la vez, que se sientan orgullosos es gratificante para mí. Siempre es lindo que te reconozcan y te feliciten por tu trabajo. Además, me pone feliz por toda mi familia. Me cuentan emocionados que los paran en la calle y a mí se me cae alguna que otra lágrima, porque si no fuera por ellos no podría estar donde estoy hoy. Lo merecen más que yo. Confiaron cuando nadie lo hacía y se la jugaron en todos los sentidos”.
Con el fin de seguir formándose como artista, Sebastián toma clases de inglés y de baile. Además, está armando una banda y también confirmando algunos recitales como solista. Juega al fútbol con sus amigos, sale a correr y realiza entrenamiento funcional.
“Bia llegó a mi vida de una forma muy similar a ATAV”, sostiene quien también realizó pruebas durante seis meses hasta llegar al casting final. “No quedé, pero a los seis meses me llamaron para decirme que comenzaba a grabar la semana siguiente”, concluye quien interpreta a Charly en la ficción de Disney.