Aberturas Aluminar

Andrea Archiprette es una vecina de Centenario, Provincia de Neuquen, que viajó más de mil kilómetros en su moto de 110cc hasta Venado Tuerto, para ver a sus padres después de un año sin poder visitarlos por la pandemia desatada por el coronavirus. Modificó su medio de transporte para poder llevar su equipaje y la reserva de combustible.
Tras tomar la decisión y planificar cada detalle del viaje, preparó un porta alforjas para llevar sus bolsos y armó un nuevo asiento para su motocicleta. “Corte la pierna de una calza y le puse un almohadón para que quede más cómodo por todo el camino que iba a tener que recorrer”, aseguró en declaraciones con LMN.
El 13 de abril a las 7 de la mañana, pudo concluir los planes que tenía desde enero y emprender el viaje a la ciudad santafesina que la vio nacer. “No quise avisarles a mis papás porque son muy grandes (78 y 80 años), sino se iban a preocupar porque sabían que iba a hacer noche a la orilla de la ruta y era la primera vez que hacía un recorrido tan largo sola”, contó.
Pese a haber repasado con minuciosidad cada punto fundamental, mandó la moto al mecánico para que quede apta para resistir el viaje, junto a sus vecinos elaboró un porta alforjas para el equipaje y consiguió un bidón que le permitiera tener una reserva de combustibles, la travesía parecía no haber iniciado bien cuando a menos de una hora de haber emprendido la marcha su vehículo sufrió un desperfecto y la obligó a detenerse.
Antes de llegar a Catriel se le salió el piñón, por lo que se detuvo a la orilla de la calzada y apoyó el casco en el piso. “Yo estoy en un grupo que se llama Motoviajeros solidarios argentinos, ahí pedí consejos y me ayudaron con todas mis dudas. Allí me explicaron que cuando tenés problemas con la moto si apoyas el casco en el piso eso alerta a los demás qué necesitas ayuda. Yo tuve la suerte de que justo pasó otro motero de Neuquén, Guillermo, paró y muy buena onda me auxilió”, relató Andrea.
La suerte estuvo de su lado cuando después de que su auxilio la tirara unos pocos metros una camioneta se detuvo a ayudarlos y una vez solucionado el desperfecto de la moto pudo continuar su viaje respetando los horarios de circulación permitidos.
“Pegar la vuelta nunca fue una opción porque yo quería llegar a acompañar a mis papás, viajaba durante el día y a las 8 de la noche paraba, armaba mi carpa a la orilla de la ruta y descansaba hasta el día siguiente cuando quedaba permitida la circulación”, relató.
Tras dos días de viaje logró llegar al hogar de sus padres. “Sabían que iba a venir, pero no les quise avisar cuándo para que no se preocupen, igual mi mamá sospechaba porque estuve dos días sin llamarla, ya que no quería que escuchara los ruidos de la ruta, y nosotras hablamos todos los días entonces algo se imaginaba”, recordó.
Por preocupación de lo que la sorpresa pudiera provocar en sus padres, minutos antes de llegar los llamó para avisarles que ya estaba por entrar a la ciudad. “Me da mucha felicidad poder haberlos acompañado este invierno, el año pasado estuvieron muy solos y eso debilitó mucho su salud. Ahora planifico la vuelta para septiembre cuando las condiciones climáticas me lo permitan”, aseveró.

Una venadense con el corazón en Neuquén
Andrea nació en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, pero hace 33 años llegó a Neuquén y se enamoró de Centenario y decidió echar raíces en la ciudad valletana. “Mi vida, mis afectos están acá”, relató.
Asimismo rememoró que en Neuquén, donde vivió la mayor parte de su vida, ha atravesado diversas situaciones, dolorosas y felices, siempre acompañada de la familia que constituyó aquí. “Tuve cáncer y me realizaron una operación en una pierna que me dejó una discapacidad, la moto son mis piernas. Esto fue un desafió personal, porque en la vida hay que hacer lo que nos haga felices”, concluyó.


Fuente: LM Neuquen