Aberturas Aluminar

Guillermo Coria se muestra renovado. A sus 36 años, el hombre de Venado Tuerto fue designado como uno de los capitanes del equipo de Copa Davis junto a Gastón Gaudio y Guillermo Cañas. Con el "Gato" Gaudio mantuvo una histórica rivalidad pero que con el paso del tiempo la mismas se fue apasigüando, de todos modos el "Mago" afirma: "A Gaudio no lo invitaría a comer porque no somos amigos, pero la capitanía de la Davis nos llega en un buen momento".

NÚMERO 3 DEL MUNDO Y SU REGRESO A VENADO TUERTO
Una de las noticias más resonantes de esta semana fue la de que Juan Martín Del Potro se convirtió en el N° 3 del ránking ATP. Escaló a un nuevo récord y llego a un histórico podio. Algo que Guillermo Coria logró en 2004 y así lo recuerda: "Cuando era tres del mundo y estaba arriba sentía la necesidad de volver a Venado. No le di lugar a los amigos del campeón, yo era insoportable, muy cerrado, muchas veces he quedado como un forro por ser antipático, y es porque vivía las 24 horas por y para el tenis. Solamente dedicaba mi tiempo para entrenar, alimentarme y descansar bien, porque para codearte con las bestias tenés que estar al cien por cien". Y evoca: "Cuando sos Top Ten te dan la mejor habitación del hotel, tenés tu chofer, el mejor auto, la mejor cancha para entrenar, el horario que elijas, y para no marearme con todo eso sentía que tenía que volver a mi pueblo para tener contacto con la realidad, compartir con mis amigos que estaban estudiando, ver a sus familias y mis parientes que eran laburantes era mi cable a tierra, tenía que hacerlo para bajar un poco y salir de esa burbuja en la que vivía. He llegado a viajar apurado sólo para estar dos días con ellos entre torneo y torneo, llegaba a las corridas a Ezeiza, pero sentía que necesitaba eso para valorar lo que estaba viviendo".

FUTBOL O TENIS. UNA DESICIÓN TOMADA EN VENADO TUERTO
"Me incliné por el tenis porque dependía de mí mismo. En aquel entonces practicaba los dos al mismo tiempo hasta que a los 13 años tuve que decidirme por un deporte y me fui a vivir a Estados Unidos para entrenarme en la academia de tenis Key Biscayne. Mis amigos estaban jugando un campeonato en la Liga de Venado y yo cada tanto cuando venía al país jugaba con ellos. Recuerdo que en un partido tuve una situación clara para meter un gol pero me cobraron posición adelantada y me re calenté. Ahí fue cuando dije 'no me banco que otros pierdan por culpa mía', y me incliné por el tenis porque sabía que si ganaba era por mí y si perdía también. No quería depender de nadie. Esa era mi locura a esa edad".