Aberturas Aluminar

El Héroe de Malvinas, Miguel Savage, dio a conocer una emotiva historia con un regalo que le dio el gran Guillermo Vilas.

Hace 40 años estaba en mi pozo congelado en Malvinas, ya débil , mojado y desnutrido.
Me llegaron pocas cartas de mi familia y amigos. Una de ellas venía de mi amigo y compañero de tenis del club Ricardo Reddy, a quien le había pedido recortes de revistas.
Al abrir el sobre, encontré dos recortes, uno del rey del Pipeline en Hawaii, Gerry Lopez, surfeando una ola enorme.
El otro recorte, era de mi ídolo tenístico, el gran Guillermo Vilas, ejecutando el tiro inventado por él, la gran Willy.
Clavé con unas ramitas secas esos recortes en la pared de turba, que estaba del lado donde yo dormía como un adolescente que decora su habitación con posters.
Ya por el mes de Junio nuestra situación era grave por la desnutrición y exposición al frío. Ni que hablar de los bombardeos, el viento huracanado, la lluvia y el maltrato de nuestros jefes.
Me quedaba acostado en posición fetal durante horas, y miraba esas fotos. Irónicamente aunque no comíamos, si teníamos una crema para las manos con olor a bronceador que nos habían dado de Fuerza Aérea,
Y como la mente es un increíble instrumento de autoprotección, yo me sentía en la playa o jugando al tenis con mis amigos en verano.
Hace unos diez años le pude alcanzar, a través de una persona conocida en común, la primer versión de mi libro a Guillermo Vilas, donde menciono lo de su foto en mi pozo de Malvinas. El me devolvió el gesto con un autógrafo escrito en un papel con frases de agradecimiento muy reconfortantes.
Hace poco recibí un whatsapp de Eduardo Puppo , el realizador del documental de Vilas en Netflix, el custodio de todos sus trofeos y objetos, pero mas que eso, su alma gemela, su hermano de la vida.
Eduardo y su esposa María Luz Marín , han dedicado y siguen dedicando años de sus vidas a que Vilas obtenga de la ATP el reconocimiento de haber alcanzado el puesto Nro 1, y están muy cerca de lograrlo.
Eduardo quiere llevarle a Guillermo la copa de cristal de la ATP con el Nro 1 en vida y lamentablemente está en una carrera contrareloj.
Hace poco me escribió diciendo que había hablado a Mónaco con Guillermo, cuando Guillermo todavía estaba lúcido, y habían acordado darme algún objeto apreciado por Vilas.
Hoy se concretó la voluntad de Guillermo. Acordamos encontrarnos con Eduardo y me entregó una raqueta Head Vilas original, con la gasa que usó Vilas en el año 1977, donde ganó el US Open a Connors y Roland Garros a Gotfried.
La imagen de Guillermo Vilas, representó la esperanza de volver a la vida, desde mi moribundez y desnutrición en ese pozo congelado y lúgubre.
40 años después, me regala uno de sus tesoros más preciados. Y yo no puedo seguir escribiendo de la emoción.