La extraordinaria campaña de Mauricio Pochettino no deja a nadie indiferente. Afianzado como uno de los mejores técnicos del mundo, el argentino está en la órbita de dos de los equipos más importantes del Viejo Continente: es el favorito para asumir el puesto vacante tras el despido de José Mourinho en Manchester United y también suma adeptos para adueñarse de la conducción técnica del Real Madrid, por ahora en manos de Santiago Solari, de cara a la próxima temporada.
Ante el interés de ambos gigantes por el oriundo de Murphy, el Daily Mail británico viajó a la Argentina para descubrir las raíces del hombre que podría hacerse sentarse en uno de los bancos más trascendentes y exigentes del planeta fútbol.

Griffa y las piernas de futbolista
Jorge Griffa, el genio que descubrió a estrellas como Jorge Valdano, Gabriel Batistuta y Carlos Tevez, lideraba la academia de Newell's en 1986, época en la que Marcelo Bielsa dirigía al equipo juvenil. Ese mismo año viajaron a Murphy, localidad remota en la que Héctor y Amalia Pochettino, padres de Mauricio, tenían una granja.
"Fuimos a Santa Isabel, una pequeña ciudad cerca de Venado Tuerto, porque estábamos dando un curso y alguien mencionó a un chico, Pochettino, que estaba por firmar con Rosario Central", recordó Griffa al Daily Mail. Urgidos por el interés Canalla, Pochettino y Bielsa decidieron ir a Murphy en busca del joven de apenas 14 años.
"Llegamos a su casa a las dos de la mañana. Golpee la ventana, la madre de Mauricio me reconoció, entramos y empezamos a hablar sobre al soja y otros cultivos, que no me interesaban para nada", agregó el experimentado ojeador de 83 años.
Como Pochettino dormía en plena madrugada, Griffa y Bielsa le pidieron permiso a los padres para poder verlo. Autorizados, ambos ingresaron a su cuarto y se sorprendieron por su físico.
"¡Qué piernas! ¡Las piernas de un futbolista!", gritó Griffa al verlo.
La primera experiencia de Pochettino con la camiseta de Newell's fue en un torneo disputado en Mar del Plata, donde se consagraron campeones con él como una de sus figuras. Tres días después, Héctor le entregó a Griffa los papeles de Mauricio, quien abandonó la granja familiar y se mudó a Rosario. Fue el inicio de un camino cuyo próximo capítulo podría escribirse en Old Trafford o en el Santiago Bernabéu.

Amigos desde día difíciles
En Newell's, Pochettino conoció a Miki D'Agostino, quien se convirtió en uno de sus mejores amigos y uno de los asistentes que integra su cuerpo técnico. Roberto Sensini, con quien compartió equipo en la Lepra y en la Selección Argentina que decepcionó en Corea y Japón 2002, compartió sus primeros días: "Dormíamos en camas hechas de cemento con colchones finitos. Había una heladera que estaba cerrada con candado a la noche para que no agarráramos comida. O hacía mucho calor o mucho frío. No había ni aire acondicionado ni estufas".
Pochettino recordó aquellos días: "Vivíamos debajo de una de las tribunas, una gran habitación con paredes que dividían todo. Ahí dormíamos todos, como en una gran habitación. Éramos 25 o 30 jóvenes. Era difícil porque estaba lejos de mi familia, tenía que estudiar de noche. Puedo recordar algunas cosas que no fueron fáciles, pero algo me mantuvo en movimiento: la pasión por el fútbol y la motivación para jugar. Eso cubrió a todos esos otros pequeños problemas que nos pasaron a chicos de 14 años".

Su inolvidable primer entrenamiento
Después de firmar su primer contrato a los 16 años, debutó a los 17 en la Primera de Newell's. Todos en Rosario atesoran el recuerdo de su primer entrenamiento, en donde se enfrentó a Gerardo Martino, una de las figuras de aquel plantel. Con diez años menos, Pochettino desafío a uno de los jugadores más experimentados de aquel equipo que dirigía José Yudica.
"Él se dio vuelta y me dijo: 'Nene, te voy a matar'. El entrenador me gritó, '¿Cómo podés hacerle eso a Martino?'. 'Perdón, perdón', respondí y el Tata me dijo, 'no quiero que te me acerques a menos de tres metros", recordó Pochettino en su libro 'Un mundo nuevo'. Sensini estuvo presente aquella mañana: "Es cierto, le hizo esa dura entrada al Tata y hubo palabras de enojo, pero es parte del fútbol, ??nada serio. El episodio mostró el carácter de Mauricio".

La mano de Bielsa
El Loco asumió la conducción técnica de Newell's en 1990 y convirtió a Pochettino en la piedra basal de su revolucionario 3-4-3. Campeón argentino y finalista de la Copa Libertadores, aquel equipo dejó una marca indeleble en la historia del equipo rosarino y en la identidad de un
Pochettino que, décadas después, instaló varios de los conceptos aprendidos durante esa etapa en su Tottenham protagonista de la Premier League. "Mauricio siempre le habló a sus compañeros con autoridad y en términos claros. Aprendió de muchos entrenadores, pero Bielsa fue quien dejó su marca", explicó Sensini.
Pochettino se marchó al Espanyol en 1994, club que recibió a Bielsa en 1998. La aventura del Loco terminó en fracaso después de apenas seis partidos. La relación entre ellos terminó con las lágrimas de Pochettino: "Nunca me sentí más avergonzado en toda mi vida. Todo lo que él me dijo era verdad, tenía razón. Estaba ciego, atrapado en mi propio mundo", recordó el por entonces central argentino al que Bielsa le reprochó haber perdido la pasión por el fútbol. Bielsa y Pochettino volvieron a juntarse años después en la Selección, una campaña triste que finalizó con la eliminación en primera ronda del combinado nacional.

Su hombre de confianza
Pochettino fue construyendo su actual cuerpo técnico a lo largo de su carrera. Tras su retiro en 2006 encontró en sus últimos días a Toni Jiménez, ex compañero en el Espanyol, a su actual entrenador de arqueros. En 2009 asumió como entrenador Perico en su primera experiencia y conoció a Jesús Pérez, el hombre hoy más influyente en su vida, según el Daily Mail.
Pérez, de quien inicialmente desconfió porque había sido elegido por el director deportivo del Espanyol, se convirtió en la mano derecha de Pochettino y fue fundamental para que el argentino se marchara al Southampton en 2013. Hoy en el Tottenham, Pérez es actualmente su asistente y quien se sienta a su lado en las conferencias de prensa.

Los elogios de las leyendas argentinas
Osvaldo Ardiles y Ricardo Villa son dos leyendas del Tottenham Hotspur, palabra autorizada para explicar el pasado y el presente del club de White Hart Lane.
"No cambiaría a Pochettino por ningún entrenador en el mundo. Él mejora y mejora cada día.
Lo que está haciendo esta temporada es fantástico", analizó Ardiles. "Hace feliz a todos en el club, desde abajo hasta arriba. Podés sentir la camadería y la atmósfera en el club. Pocas, pocas veces en mi vida experimente algo como esto".
Villa coincide: "Mauricio tiene el espíritu de un amateur, lo que significa que cada día le dice a los jugadores: 'Olvídense de la plata, jueguen con el corazón'. Se que todos hablan sobre ganar trofeos si sos un entrenador, pero él mejora a cada jugador con el que trabaja. Para mí, ese es el punto principal de un entrenador"