Fede Farrell nació en Venado Tuerto, vivió en Chile y los últimos 13 años los pasó en México. Haber tenido depresión lo marcó y decidió superarla sobre dos ruedas. “Hay otra forma de vivir que no estaba viendo”, le dijo a TN.
Fede Farrell ahora está en Honduras, pero nació en Venado Tuerto, Santa Fe. Vivió en Rosario, también en Chile y los últimos 13 años estuvo en México triunfando como modelo.
Su vida tuvo un punto de inflexión que lo cambió todo. Sufrió un engaño amoroso que le hizo sentir una profunda depresión, dejó su trabajo y logró salir de la cama poniendo su cuerpo en movimiento por la ruta.
Pasó de los flashes de las cámaras, a amanecer en el medio de un bosque encandilado con los primeros rayos del sol; de estar cómodo en un departamento de lujo en el Caribe, a llevar todo su hogar en una mochila sobre una bicicleta hecha de bambú; de cumplir con horarios y rutinas, a dejarse llevar por la total incertidumbre de un viaje guiado por las emociones.
Hace dos meses y medio dejó México, estima que lleva más de 3000 kilómetros recorridos y su vida ahora avanza sobre dos ruedas. Su objetivo es llegar a la Argentina para las fiestas y reencontrarse con su familia.
“Hay otra forma de vivir que antes no estaba viendo”
En diálogo con TN, el artista aseguró que ahora se siente “fabuloso, poderoso, listo para la guerra”, y que la última semana fue “bastante intensa”, porque pedaleó unos 150 km cada día. “Hay semanas enteras que paro y no hago nada. Pero ahora estoy muy entusiasmado porque me voy a encontrar con un amigo argentino que me va a enseñar a bucear, cosa que yo jamás hice y era un pendiente que tenía”, relató.
Respecto de la depresión que sufrió y que le hizo dar un giro de 180 grados a su vida, dijo: “No sé si atravesé el proceso, pero fue como un punto de entrega. Ya está todo como el ort#, ¿qué puede empeorar acá? No hay peor que esto, hagamos algo. En esa situación, donde estaba todo destruido, empiezo a pedalear largo”.
No es la primera vez que Fede se anima a salir a la ruta en bicicleta para hacer un trayecto largo. Su primer recorrido fue desde Santiago de Chile hasta Ushuaia, donde hizo unos 4000 km. “Fue bellísimo y cuando terminé ese viaje dije ‘bueno, hay otra forma de vivir que quizás antes no estaba viendo’”, recordó.
A pesar de que pasa la mayor parte del día solo y a la intemperie, considera que “el miedo es relativo a quién sos y dónde estás”. “Para mí es ley no pedalear de noche, por un tema de seguridad, porque los autos no te ven. Cuando ya el sol está bajando, si no tengo donde quedarme, tengo mi tienda de acampar con mi colchón inflable... Si siento confianza para acampar, acampo, y si no busco algún hostel”, le explicó a TN.
“Estoy desempleado, soy un bicivagabundo”
Por el momento Fede no está trabajando, pero está haciendo “más música que nunca”. “En este momento estoy desempleado, soy un bicivagabundo. Tuve una vida adulta muy bonita, muy privilegiada, nunca me faltó laburo, tuve una carrera que me daba plata, no me faltaba nada. Económicamente tenía todo lo que necesitaba para vivir bien, pero una insatisfacción muy grande”, confesó.
En Zoom con TN, contó que ese fue “el detonante de este viaje. ¿Para qué estoy haciendo esto? Estaba en una persecución de lo económico que no estaba trayendo felicidad. Estaba esclavizado y ahora estoy lleno de experiencias nuevas. El nivel de estímulo que estoy recibiendo es justamente lo opuesto a ese estancamiento que ofrecía la vida que tenía antes”, dijo.
“Hay espacios de exploración interna muy grande. Imaginate que por día estoy pedaleando entre 8 y 10 horas, sentado, ahí solo, revisitando momentos, personas, situaciones, repensando qué hice bien, qué hice mal. Hay mucho momento de análisis y de repente eso es lo que nos falta en nuestro día a día. Estamos tan en automático haciendo cosas que nos olvidamos de hacer ese análisis que tan necesario es para que podamos transitar una vida con plenitud”, consideró.
A pesar de los muchos kilómetros que ya lleva recorridos, la alimentación sigue siendo su desafío y reconoció que está atravesando un “déficit calórico”. “Yo de por sí soy una chabón que come mucho y tengo el metabolismo muy acelerado. Mi déficit calórico es gigantesco y me cuesta un poquito cubrir las necesidades. Estoy adelgazando como un animal. De la cintura para abajo soy un altísimo pony, y de la cintura para arriba estoy hecho un palito”, describió.
De su viaje lo que más le impacta son las “historias de la gente y los paisajes, porque la bici permite vivir los lugares de una manera muy diferente, por la velocidad a la que vas”.
Mientras pedalea, Fede siente la paz de estar cada vez más lejos de aquella realidad que no lo hacía feliz, y cada vez más cerca de la Argentina, donde espera reencontrarse con su familia para fin de año. Cree ser “el menos indicado para dar consejos”, pero dijo que si alguien toma la decisión de salir a la ruta en bici o cambiar su vida en pos de su bienestar tiene que saber esto: “Hay que darle a lo que nos apasione y explorarlo, y encontrar la felicidad en eso”.
Por Ani Kuper - TN