Un hombre fue condenado en Córdoba a cuatro años y seis meses de prisión por amenazar y golpear a su expareja e incendiar su casa. En total, la Justicia lo encontró culpable de cinco delitos, que se suman a una larga lista de antecedentes; entre ellos una condena por estafas en Venado Tuerto.
Se trata de Héctor Enrique Gómez, alias “Chanchín”, oriundo de la localidad de Oliva. Los delitos por los cuales fue encontrado culpable comenzaron en diciembre de 2021 y se extendieron durante meses en la localidad de James Craik.
El 15 de diciembre de 2021 se resistió a la autoridad, amenazó a policías y dañó un móvil; dos meses después, incendió la casa en la que vivía su antigua pareja, siniestro en el que se consumió la estructura del domicilio.
Apenas días después, el 8 de marzo violó una restricción de acercamiento que el Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil le había impuesto, falta en la que volvió a incurrir, cuando entró al domicilio de su ex. En ese momento, la amenazó y lesionó, al tiempo que atacó a un familiar. La Policía se hizo presente en el lugar y quedó detenido.
Años después de estos hechos, la Cámara del Crimen de Villa María lo consideró culpable de los delitos de resistencia a la autoridad, amenazas, lesiones leves calificadas en concurso ideal y daño calificado y lo condenó a cuatro años y seis meses de prisión. A su vez, resolvió que deberá recibir tratamiento psicológico y psiquiátrico, debido a que el hombre alegó tener un problema de adicción.
Estafas en Venado Tuerto
“Chanchín” ya había sido condenado por un Tribunal de Venado Tuerto por realizar estafas telefónicas mientras estaba privado de su libertad.
En esa oportunidad, recayó sobre Gómez y otros dos cómplices, identificados como Sebastián Alejandro Fernández y Mauricio Gabriel Delgado, una pena de seis meses de prisión con cumplimiento efectivo.
La decisión estuvo a cargo del juez Eduardo Bianchini, quien homologó el acuerdo alcanzado entre los abogados representantes de los acusados y el fiscal Damián Casullo, quien dirigió la investigación. Los hombres aceptaron su responsabilidad y expresaron su conformidad con el monto de la pena elegido durante un juicio abreviado.
La modalidad que utilizaban es algo habitual entre los presos, puesto que desde su lugar de detención, utilizaban chips de líneas telefónicas con diversos códigos de área, así como recurrían a perfiles falsos en las redes sociales, creados con el único objetivo de cumplir con el plan delictivo.
El caso que los llevó a juicio tuvo como víctima a una mujer que vendía su televisor en la sección de Marketplace de la red social Facebook. Como si fuera una compra normal, le solicitaron su número de celular y los datos de su cuenta bancaria para concretar el pago. Luego, el comprador le dijo que “por error” habían transferido una suma superior de dinero.
Al poco tiempo, se comunicó una persona, alegando ser del banco, y le solicitó que realizara una transferencia por esa suma, como también le pidió todos los datos de acceso de la cuenta a la que supuestamente habían enviado el dinero. Así, obtuvieron los datos para acceder al homebanking y no solo se apropiaron de todo el monto que tenía en la cuenta, sino que tomaron un préstamo por 175.000 pesos a su nombre.
Afortunadamente, la banda cayó y la mujer logró recuperar el dinero, así como también recibió 50 mil pesos de reparación económica. En esa línea, la Justicia consiguió también que el banco suspenda la deuda que habían tomado en nombre de la víctima y dio la baja definitiva del crédito. Tras el juicio abreviado, la señora prestó conformidad con la pena que recayó sobre los delincuentes.