Aberturas Aluminar

Se podría decir que la experiencia de Walter Herrmann en la NBA tuvo de todo. Entrenó con Michael Jordan, se dio el placer de jugar en la mejor liga del mundo y pudo descubrir todo el escenario que conlleva estar en ese gran mundo mediático. También a veces le ocurrieron divertidas anécdotas y una de esas se dio mientras estaba de luna de miel en Florida, uno de los estados más estivales de Estados Unidos.
"Nos fuimos de luna de miel a Miami y a Orlando, y en Miami me enteré, de casualidad, que mi agente americano me había mandado un mail para que me presentara al Training Camp de Orlando, porque la gente de Charlotte (Bobcats) me quería ver jugar en persona", confesó Walter en una entrevista de El Gráfico.
La hazaña no fue fácil y, antes que nada, el alero tuvo que conseguir un par de zapatillas de su tamaño. "Yo estaba desesperado. Calzo 52 y medio, y me recorrí todo Miami para comprarme unas zapatillas. Al final, encontré en una tiendita unas New Balance que me salvaron. Salí a correr por la playa, porque no me movía hacía 20 días, cuando ganamos la ACB con Unicaja", dijo Walter Herrmann.
Viaje en auto mediante, Herrmann llegó a la ciudad. El primer día visitó Disney y el segundo tuvo que jugar el Training Camp. Pero en el medio de todo eso debió dormir en un hotel y esa noche la pasó tan mal que vomitó mucho por los nervios. Por si fuera poco, apenas durmió "30 o 20 minutos". "Si estoy bien en lo físico, no me pasa nada. Si estoy fuera de forma vomito. Cuando jugué hice un partido discreto: 17 o 18 minutos en cancha, siete puntos, cuatro o cinco rebotes", comentó.
Pero tan malo no habrá sido su debut, ya que los Bobcats se terminaron quedando con él. Por características físicas y talento no lo podían dejar pasar. "Al final, convencí y estuve tres años en la NBA", dijo al final de la frase. Simplemente Walter Herrmann.


Por Ignacio Miranda - Basquet Plus