Aberturas Aluminar

La marca creada por Wilder Yasci hace más de 40 años hoy continúa en pie a través de la venta directa y un intenso trabajo en redes. En 2020 aumentó sus ganancias en un 400 por ciento.
Le dijeron que sus productos eran caros, pesados y feos. Durante las primeras semanas pasaba a diario por el bazar que tenía su creación en vidriera para ver si había vendido alguna, pero no tenía suerte. No parecía un comienzo promisorio, sin embargo, así fue el inicio de Essen, la compañía argentina conocida por sus cacerolas de aluminio que se convirtió en marca registrada. Hoy continúa en alza de la mano de la venta directa, aunque las famosas reuniones de cocina se transformaron en demostraciones por WhatsApp y TikTok.
Armando Yasci trabajaba como obrero en una fundición de hierro en Venado Tuerto. En su casa experimentaba con el aluminio, que se funde a una menor temperatura. Empezó fabricando distintas piezas para sus vecinos hasta que en 1945 abrió Fundiciones Yasci dedicada a la producción de mecheros para cocina hogareña.
Esa fue la semilla que luego se transformaría en la firma que actualmente nuclea más de 400 empleados en la región y exporta a Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú y Chile.

LA HORA DE LAS OLLAS
Las riendas del emprendimiento pasaron a manos de su hijo, Wilder Yasci, quien sentía la necesidad de reinventar el negocio. Su momento eureka llegó en 1978 durante un viaje a Nueva York. Ahí visitó un sucursal de la cadena Macy's y vio ollas y cacerolas de diversos materiales, pero nada de aluminio. Se llevó algunas de regreso a su ciudad y trabajó durante dos años hasta conseguir el producto que buscaba. En 1980 tenía listas las primeras 300 ollas, faltaba descubrir cómo venderlas.
El bazar no resultó. Pasaban los días y no se vendía ninguna. Fue Mirta, la esposa de Wilder, quien le dio la idea de la venta directa. Le comentó sobre una compañera de su curso de cocina que había llevado recipientes plásticos para vender durante la clase. Ella también había inspirado el nombre de la marca, ya que ‘Essen' significa ‘comer' en alemán, idioma que hablaba con su familia. Yasci viajó a un pueblo cercano para mostrar sus ollas, con algunas verduras para preparar en el momento, y consiguió vender las primeras.
La marca fue creciendo al mismo tiempo que se agrandaba su red de revendedores. En más de 40 años la compañía mantuvo su foco puesto en la venta directa y hoy tiene alrededor de 20.000 representantes en la región. Ahora, las reuniones de ollas se reemplazaron por un trabajo intenso en redes sociales.
Asimismo, la pequeña fundición se transformó en una fábrica de 20.000 metros cuadrados e incorporó otros productos como biferas, grills, budineras, freidoras y vaporizadores.
También se diversificó con la venta de aceite de oliva. En 1998 adquirió una finca en La Rioja y seis años más tarde lanzó su marca Olivos del Salar tras un desembolso de US$ 6 millones.

DE VENADO TUERTO AL MUNDO
Primero se expandió en Sudamérica por intermedio de distribuidores, luego instaló subsidiarias propias. En 2020 se lanzó en los Estados Unidos y también se encuentra realizando una prueba piloto de comercio electrónico en Chile. Los hijos de Wilder, Helga y Wilder (h), ambos abogados, se pusieron al hombro la continuación del negocio familiar.
Con la pandemia, muchas personas - más de 100.000 - se volcaron a la venta directa para generar ingresos. Essen sintió este impacto. Vendió 600.000 unidades, un 25 por ciento más que en 2019 y sus ganancias aumentaron en un 400 por ciento. Pero este año el alza no se detiene. En la primera mitad del 2021 sus ventas subieron un 16 por ciento y su net income un 220 por ciento.


Fuente: El Cronista