Fabián Vernetti, presidente del Concejo Municipal, insistió en la urgente necesidad de sentar en una mesa a los directivos de PAMI local y los sanatorios San Martín y Castelli, junto a concejales y representantes del municipio por la dramática situación que están atravesando cientos de jubilados y pensionados.
El edil socialista manifestó que “para poder dimensionar correctamente el trato humillante, de incertidumbre, de pérdida de derechos, al que están sometiendo a los jubilados y pensionados de PAMI, simplemente hay que escuchar sus historias. Los abuelos están padeciendo casi en soledad, sin voz, impotentes frente a una arbitrariedad que los arroja a la incertidumbre de no tener la tranquilidad de recibir la asistencia médica adecuada y necesaria. Hay que conocer sus historias personales, los dolores individuales, ocultos y silenciados por la burocracia, y sumarlos todos en un conjunto para poder llegar a tener una idea del sufrimiento colectivo de tantas personas en situación muy vulnerable, producido por decisión política de un organismo que se supone debe protegerlos”.
Marta: “Llegar a ésta edad y sentir éste manoseo”
Es una jubilada de 86 años, que vive sola, ya que toda su familia está en Rosario. Ella no se va porque ama Venado. Sufre problemas de alergia, de presión y cardíacos. Cuando PAMI la desvinculó de sus médicos de confianza, pasándola desde el sanatorio San Martín al Castelli, se encontró además que había turnos lejanos, por falta de profesionales. Optó por la posibilidad de volver al San Martín, pero hoy no la atienden en ningún lado. Hace unos meses se golpeó y tiene hematomas en una pierna que no se le van. Tuvo que pagar $ 400 la consulta para ver a su médico, ya que PAMI no existe para ella desde hace semanas. En los reclamos por su situación, fue varias veces a la oficina de PAMI. Dice: “Voy en colectivo, porque cobro la jubilación mínima, no puedo tomarme un remis, sino no cómo. Llegue con una furia que tenía 20 de presión. A usted le parece, llegar a ésta edad y sentir éste manoseo”.
Ana: “PAMI escuchanos ¡Por favor!”
El esposo de Ana tiene 74 años y padece Mal de Parkinson. Necesitaba realizarse una ecografía con suma urgencia. A consecuencia de su transferencia de un sanatorio al otro, Ana debió comenzar un peregrinar por su esposo entre ambos sanatorios y hasta en la oficina de PAMI, ya que finalmente ninguno aceptaba atenderlo. Finalmente, después de llegar a rellenar una carta documento de su puño y letra en la oficina de PAMI, le dieron una orden para hacerse la ecografía. Tampoco le daban los remedios que necesitaba para su tratamiento diciendo que ya no le correspondían por haber aceptado la “reparación histórica” del ANSES. Debió responder interrogantes que incluían el nivel de daño producido por la enfermedad, como si “se vestía solo o era ayudado, etc”. El 2 de agosto Ana escribió en su Facebook una carta abierta titulada “PAMI ESCUCHANOS ¡POR FAVOR!”. Allí pide ayuda para lo que están viviendo muchos jubilados y pensionados, describe la situación y cuenta: “¿Es necesario este manoseo? ¿No les parece que es degradante y desgastante? ¿Cuántos podemos hacer estos trámites con energía física y anímica? ¡Por favor! estamos en el medio de la nada!!!”
Héctor: “…en bicicleta, a pie, sin recursos”
Jubilado de 95 años, debe realizarse controles por una afección crónica. No puede caminar mucho, así que hizo el mismo recorrido que el resto pagando remis, o llevado por algún familiar. Después de muchos idas de un sanatorio a otro, y de allí a oficina de PAMI. Por la falta de respuestas, sigue su tratamiento pero debiendo abonarlo, y le prometieron el reintegro de PAMI. Antes recibía su atención en sanatorio San Martín en forma directa. Héctor se lamenta también por los demás: ”Yo pude pagar, pero hay que ver a las personas mayores, en bicicleta, a pie, sin recursos, haciendo cola, tratando de recibir la atención médica que necesitan”.
Ricardo: “Nos tratan como si fuéramos una mercadería”
Ricardo es un jubilado de 75 años, y también atravesó por una especie de vía crucis, tratando de lograr la atención médica que le corresponde: “Es un atropello lo que ha hecho PAMI al cambiarnos sin consulta, en forma arbitraria, a otro sanatorio. Nos tratan como si fuéramos mercadería. No tienen en cuenta los sentimientos, las angustias y los derechos que toda persona tiene aunque sea anciano. Fui a llevar una nota de reclamo a PAMI y quien me atendió no la quería recibir. Después de exigírselo, la recibió diciendo que no tenía valor y quedaría en un cajón.”
Catalina: “Tuve que pagar todo, nos dejaron sin atención”
El esposo de Catalina se llama Juan Carlos y es quién vino a contarme lo que estaban atravesando. Es que Catalina aún no puede caminar, ya que recientemente debió ser operada en una pierna. La decisión de PAMI hizo que se hiciera la cirugía con un médico y terminara atendiéndose en otro sanatorio, con otro médico, quién le sacaría el yeso y decidiría sobre su recuperación. Ella dice que “nos dejaron en banda. Tuve que pagar hasta la radiografía. Y en el PAMI encima me decían que si no se resolvía, cualquier cosa me derivaban a Casilda o Firmat”.
Necesidad de una respuesta urgente
Vernetti afirmó que muchas personas relatan como en las oficinas de PAMI acuden jubilados y pensionados, a veces doloridos, buscando se les brinde atención. Vienen sufriendo por una medida que no parece haber contemplado su realidad. La decisión fue absolutamente insensible al dolor y la angustia que provocó y sigue provocando en cientos de abuelos y abuelas de nuestra ciudad. Vernetti manifestó su preocupación por no haber logrado hasta ahora que los responsables acepten reunirse a discutir la problemática. “Estoy convencido que, al menos en la parte local, podemos evitar tanto sufrimiento sin sentido. Para eso convocamos a discutir eso en el marco de la Mesa de Salud que funciona en el Concejo Municipal”, concluyó.