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Ramón Moyano vive en la localidad salteña de El Galpón y da clases de economía en tres escuelas. Para llegar a los colegios recorre 300 kilómetros.
La vocación no sabe de sacrificio. El ayudar no entiende de excusas. Y el enseñar sabe por sobre todas las cosas de entrega. Con estas premisas vive Ramón Moyano, un profesor de economía que viaja a dedo para ir a dar clases en la provincia de Salta.
Este hombre de 34 años vive en El Galpón, una pequeña localidad del sur salteño. Si bien allí hay tres colegios, tiene que recorrer 300 kilómetros para llegar al aula.
Actualmente trabaja en tres instituciones: la escuela secundaria 5068 de Coronel Mollinedo, la Anexo Río del Valle y la 5037 de Las Lajitas. A la primera asiste los lunes y viernes por la tarde. En la segunda, -distante 110 kilómetros de su casa-, los miércoles, y en la restante los lunes a la mañana.
Para llegar a tiempo y no “fallarle a los chicos”, como dice Moyano, hace dedo para llegar a destino ya que los colectivos que por allí pasan van a contramano de sus horarios. Por eso se armó un cartel que dice “soy docente”, y se para en la ruta esperando que alguien lo suba a su vehículo.
“Donde vivo hay tres colegios, pero tengo que ir a enseñar a cientos de kilómetros, porque en El Galpón hay gente con cargos políticos difíciles de correr. Por eso le pido al Ministerio de Educación que revea este tema, y me permita enseñar en el pueblo en el que nací. Esto evitaría tener que viajar tantos kilómetros”, reclamó Moyano.

“Paso más tiempo en la ruta que en el aula”
El profesor contó que para llegar hasta Mollinedo, tiene que recorrer 150 kilómetros de ida y la misma distancia para volver a su casa. “El colectivo pasa a las 03:00 de la mañana, así que es imposible que viaje en el transporte público”.
Pensó en alquilar una casa allí para no tener que viajar tanto, pero el sueldo que gana no le alcanza para cubrir ese gasto. “Además, vivo con mi mamá que es jubilada y necesito cuidarla”, detalló.
Para llegar a Las Lajitas donde da clases los lunes a la mañana tiene que viajar tres horas. Desde allí va hasta Mollinedo y para volver a su casa tiene que hacer 150 kilómetros. “Viajo durante muchas horas para dictar 45 minutos de clase. Paso más tiempo en la ruta que en el aula”, remarcó.
Desde el 2018 hace este sacrifico. Viaja por la Ruta Nacional 16 y las provinciales 5 y 30. A veces en moto, en auto o en camión. Depende de la solidaridad de la gente que lo ve haciendo dedo y lo sube a su vehículo, para que este profesor llegue a tiempo y pueda dar clases de economía a sus 100 alumnos.