La acusada está detenida, aunque es probable que salga en libertad dentro de pocas horas. La Justicia comprobó que ni siquiera había estudiado medicina.
La doctora C.C.F, que trabaja en el Hospital Vicente López de General Rodríguez, se presentó el martes en una fiscalía de Lomas de Zamora para hacer una denuncia sumamente grave: “Hay una mujer que robó mi identidad, usurpó mi título y está atendiendo en el Hospital Gandulfo”, dijo. Luego, dio más detalles.
Contó que se había enterado de casualidad por una colega y amiga que trabajaba en ese nosocomio y notó la irregularidad. Ante esta situación el fiscal Javier Martinez, de la UFI N° 8, ordenó que comiencen a realizarse distintos trabajos de inteligencia para analizar la situación. Los resultados de esa investigación fueron más severos de lo que se pensaba.
Efectivamente, se comprobó que había una mujer haciéndose pasar por la médica clínica y que lo hacía hace tiempo. También se corroboró que la mujer se dedicaba a atender urgencias, pacientes graves, y que solía recetar psicofármacos.
Con esta información, el fiscal Martínez ordenó que un equipo de agentes de la Policía Bonaerense asista ayer al Gandulfo, junto a la médica original, para detener a la trucha. Cuando llegaron, las autoridades del hospital les dieron un dato que sumó más horror a toda la secuencia: la falsa doctora estaba atendiendo pacientes en el shock room, es decir, donde llegan los pacientes que corren riesgo de vida.
Cuando estuvieron frente a la usurpadora del título, la detuvieron. Allí se descubrió, quizás, lo peor de todo. La mujer, llamada Sol Mazzullo Zeravica, no sólo no era médica, sino que ni siquiera había estudiado medicina.
Lo aclara un informe oficial de la fiscalía: “En concreto la mujer aprehendida no es medica recibida y no hay constancia que este cursando estudios en la carrera de medicina. La misma usaba el nombre y matricula de una profesional medica”.
A Manzullo Zeravica -oriunda de Quilmes, de 27 años, insólitamente registrada en los rubros de medicina de la AFIP- le secuestraron un sello con el nombre de C.C.F que tenía en su poder junto a distintas recetas que le había hecho a pacientes. “Solía atender urgencia, nunca nos dimos cuenta de nada extraño. Siempre actuó con total normalidad”, explica un compañero de la mujer que trabaja también en el Hospital Gandulfo.
En su cuenta de Instagram, que la falsa médica tenía con su nombre verdadero, aparece en la descripción la palabra “medicine” junto al emoticón de una jeringa. “Es probable que también se haya hecho pasar por médica con su verdadero nombre”, dice un investigador.
En las fotos que ella misma subió a la red social -el perfil fue desactivado- se la puede observar dentro de un hospital, con compañeros y atendiendo pacientes. Una situación de suma gravedad.
Dentro de las pruebas que se secuestraron, aparecen también dos recetas de la “Clínica Avellaneda” en donde figura el nombre de la ahora detenida, en calidad de paciente, y el sello de la doctora real En una se receta lorazepan y en la otra fenorbarbital. Se trata de dos psicotrópicos potentes.
“Hay dos explicaciones posibles a que la falsa médica tenga eso en su poder. La primera es que efectivamente sea recetas que le hizo a ella la profesional original y de ahí se haya robado los datos. O que sean recetas que se hizo ella misma como paciente, aprovechando que tenía el sello trucho, para luego vender los medicamentos”, analiza el médico Rodrigo Salemi.
Fuentes judiciales aseguran que luego de completar el primer paso, que consistía en la detención de la medica falsa, ahora el fiscal Martínez va por más. Quiere saber a cuantas personas atendió la mujer, cual es el estado de salud de cada paciente y si hubo alguno que falleció. En ese caso, la situación de la doctora trucha podría empeorar seriamente.
Más allá de esto, en las próximas horas es muy probable que la detenida recupere la libertad. Es que los delitos de usurpación de identidad y ejercicio ilegal de la medicina, que son los imputados en este caso, tiene penas que llegan al año cómo máximo de posible pena. Por lo tanto, son excarcelables.
Mientras tanto hay muchas preguntas sin respuestas que surge del sentido común y que la justicia, o alguien, deberá resolver
¿Cómo hizo una mujer, que ni siquiera había pasado por la puerta de la facultad de medicina, para entrar a trabajar a un hospital estatal? ¿Nadie revisó en detalle su documentación? ¿Cómo cobraba si, en caso de ser monotributista, sus datos deberían coincidir con los de la médica a la que le había sustraído la identidad?. Y la más grave de todas: ¿Hay más médicos falsos trabajando en ese hospital publico o en cualquier otro?.
Se consultó a fuentes del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires que se limitaron a responder con un escueto comunicado.
“El hospital Gandulfo de Lomas de Zamora informa que habiendo tomado conocimiento de los hechos sucedidos, en relación a la detención de una persona dentro de este establecimiento por un presunto robo de identidad a un profesional de la salud, se procedió a arbitrar las acciones necesarias para determinar lo sucedido y sus responsables. Asimismo, en el día de la fecha, esta Dirección se puso a total disposición de la Justicia interviniente”.
Por el momento, al parecer, es la única explicación que se brindará.