Se trata de Fernando José Soria (58) - detenido desde el 12 de mayo pasado - está acusado de estafas, abusos, privación ilegal de la libertad y hasta violaciones.
Les ofrecía el camino a la sanación, una transformación de vida, curarlos de enfermedades y, hasta, incluso, decía que las mujeres eran cálices para que bajen los espíritus. Para eso, usaba técnicas de manipulación que dejaba a sus adeptos vulnerables y solos; y así ejercía el control total: los maltrataban, denigraban y amenazaban. Claro, el paso hacia la luz, escondido bajo una sesión de reiki o sanación espiritual, tenía su costo y se pagaba con dinero, un bien del que había que despojarse, según su filosofía, y nada mejor que las arcas de la Escuela de la Divina Sabiduría.
Así funcionaba la secta que lideraba Fernando Soria, quien se presentaba como gurú espiritual, sanador y ser de luz; y que desde el 12 de mayo pasado duerme en un calabozo cordobés, acusado de estafas, abusos, privación ilegal de la libertad y hasta violaciones ocurridas en un predio que queda sobre el kilómetro 25 de la Ruta 5, en el ingreso a la ciudad de Alta Gracia.
En las últimas horas, según confiaron fuentes del caso a Infobae, Soria quedó preso con prisión preventiva en la causa que investiga la Fiscalía de Instrucción de competencia múltiple del segundo turno de Alta Gracia, a cargo del fiscal Alejandro Peralta Ottonello. Son 18 los hechos que se le imputan; las víctimas, varias y sospechan que no son las únicas, que hay muchas más.
“Las estafas son continuas, las privaciones de la libertad también; los abusos sexuales simples son continuos y reiterados porque son varias las víctimas, y el caso de violación siempre fue con la misma víctima. También se le imputa el delito de tenencia de armas”, describieron el abanico de delitos que enfrenta Soria (58) las fuentes consultadas por este medio.
“La secta de Soria, disfraza de escuela espiritual, funcionaba sin habilitación y sus víctimas eran personas vulnerables, con problemas de trabajo, de pareja y hasta de salud”, detallaron. En el mundo que dominaba el presunto gurí todo se podía, trabajando la energía y el desarrollo interior para curarse sin ir al médico. Pero, no había que alejarse porque el mal acechaba.
De esta manera, ejercían un control coercitivo de sus adeptos para ejercer violencia de género y maltratos. “Los obligaban a que el cuerpo debía estar desnudo y había que usarlo, pero no era su decisión qué hacían con él”, describieron las fuentes. Otra premisa: nada de lo que pasaba en el predio podía trascender sus límites. La dominación era completa.
Soria no es el único imputado, sí el que enfrenta los delitos más graves. Hay otras dos mujeres de entre 50 y 60 años que también están imputadas y que se presentaban como ‘maestras’ en las escuelas espirituales. Las acusan de estafa dado que se descubrió que operaban y cobraban por las clases sin ningún tipo de autorización municipal ni registro, ni siquiera en la secretaría de Culto.
“Son varios hechos de estafa porque cobraban dinero por cursos falaces. No se descarta que haya más víctimas de defraudación. También podría haber más personas que fueron imposibilitados de irse de los talleres, en el marco de una relación de sumisión y sometimiento por su calidad de enviado divino, en una verdadera relación asimétrica, un engaño total”, habían detallado fuentes oficiales.
Según se supo, los episodios salieron a la luz luego de que durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus, en 2020, un matrimonio denunciara a Soria por delitos contra la libertad y la integridad sexual. “Son una pareja que aduce que la mujer y uno de sus hijos menores de edad fueron víctimas de tocamientos durante las sesiones de sanación o cura espiritual y reiki”, contaron a mediados de abril cuando explotó el caso.
Luego, aparecieron más víctimas y por eso se amplió la imputación. Hasta llegar al pedido de previsión preventiva de las últimas horas.
Quién es Fernando Soria
Soria es oriundo de Frías, Santiago de Estero, y asegura haber estudiado Higiene y Seguridad en el trabajo en Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Cuyo. No obstante, no tenía los papeles de su orden, según comentaron las fuentes.
En sus redes sociales se presentaba como un gurú espiritual, sanador y ser de luz. Incluso en su perfil de Facebook se describía como fundador de varias ‘escuelas terapéuticas’, denominadas de la Divina Naturaleza o de la Divina Sabiduría; de la Fundación Energías del Tercer Tiempo, de Energía Consciente-Sanador de la Luz y de la organización Tu Hermano en la Luz.