Son oficiales y suboficiales de escuadrones de Salta y Tucumán. Fueron denunciados por los mismo bagayeros
Gendarmería Nacional Argentina se encuentra en el centro de un escándalo de corrupción tras la detención de 20 gendarmes acusados de recibir sobornos para permitir el ingreso de mercadería ilegal y micro narcotráfico en la frontera entre Argentina y Bolivia.
La Fiscalía Federal N° 2 de Tucumán, liderada por el fiscal Agustín Chit, solicitó las detenciones en una serie de operativos que involucraron a oficiales y suboficiales de Salta y Tucumán.
La investigación, que comenzó en febrero de 2024, se originó a partir de denuncias de bagayeros que afirmaban que los gendarmes exigían sobornos excesivos y de acuerdo a sus propias declaraciones ante las autoridades judiciales, los montos de las coimas variaban según la mercadería ingresada, que incluía desde neumáticos y electrodomésticos hasta pequeñas cantidades de droga.
En uno de los allanamientos, se encontró una mochila con 36 dosis de cocaína en la casa de un gendarme, lo que refuerza las sospechas de tráfico de drogas.
El operativo, que contó con la participación de casi 300 gendarmes y 27 unidades especiales, resultó en la incautación de 300 millones de pesos en efectivo y alrededor de 5 mil dólares. Además, se requisaron grandes cantidades de mercadería de contrabando, incluyendo cigarrillos, ropa, neumáticos y celulares, así como dos colectivos y varios vehículos utilizados para facilitar el contrabando.
la Procuraduría contra la Narcocriminalidad, encabezada por el fiscal Eduardo Villalba, también participó en la investigación, que se extendió a la provincia de Salta, donde fueron arrestados otros 8 gendarmes del Escuadrón 45. Los delitos por los que se acusa a los detenidos incluyen “asociación ilícita agravada, cohecho e incumplimiento de deberes de funcionario público”.
El esquema de corrupción estaba tan establecido que los pagos de sobornos no se realizaban en efectivo, sino a través de billeteras virtuales, con transferencias que en algunos casos alcanzaban los 500 mil pesos. Estos pagos eran centralizados en una cuenta desde la cual se distribuía el dinero.
El reporte oficial indica que existía una coordinación previa entre los gendarmes y los organizadores de los viajes de compras, mediante la cual se alertaba a los coordinadores sobre la ubicación de los controles y el momento propicio para cruzar la frontera sin ser inspeccionados, siempre a cambio del pago de sobornos.
Durante los allanamientos se requisaron 21 domicilios, puestos de control y escuadrones en Tucumán, Catamarca y Salta. La intervención se realizó gracias a la instalación de un GPS en un colectivo por parte de un “agente revelador”, lo que permitió interceptar un vehículo repleto de mercadería ilegal y con 11 personas dedicadas al contrabando.
Cada uno de los involucrados habría pagado 50 mil pesos en sobornos, mientras que el organizador del tour agregó otros 50 mil adicionales. La investigación reveló que los pagos de sobornos variaban en función de la mercadería ingresada al país, que incluía desde neumáticos y electrodomésticos hasta envíos de droga en pequeñas cantidades.