El miércoles pasado, la desesperación invadió al barrio Itaembé Guazú de la ciudad de Posadas, en la provincia de Misiones. Bruno, un nene de 9 años que vive en el lugar, había desaparecido de su casa junto con su mascota, el perro Simón. Su familia denunció a las autoridades que estaba jugando en la vereda hasta que en un momento, alrededor de las 17, se dieron cuenta de que ya no estaba y como no pudieron hallarlo por su cuenta, decidieron más tarde dar aviso a la Policía.
Para entonces ya era de noche, cerca de las 21. De inmediato se puso en marcha un operativo para encontrarlo. Efectivos de la comisaría local comenzaron los rastrillajes y, en cuestión de horas, a la búsqueda ya se habían sumado varias divisiones de la policía provincial, con la ayuda también de un helicóptero y perros especialmente entrenados. Así revisaron algunas viviendas deshabitadas del barrio y un terreno baldío donde el niño suele jugar.
En su denuncia, la madre del pequeño le contó a la Policía que no era la primera vez que Bruno, que tiene un trastorno del espectro autista, se ausentaba de su domicilio. Dijo que durante dos o tres ocasiones se había ido mientras jugaba, pero que siempre había vuelto a las pocas horas, antes del anochecer, o lo habían encontrado ellos mismos. También dijo que Bruno frecuenta un arroyo cercano, adonde va a tirar piedras al agua. Lo fueron a buscar allí pero no estaba.
En este caso y a diferencia de las otras veces, había pasado mucho tiempo y la falta de luz era una dificultad en especial por las características del barrio: la casa de Bruno está ubicada en una zona de densa vegetación y escasa iluminación artificial.
Los familiares del menor salieron a recorrer las calles, acompañados de vecinos. Con un altoparlante lo llamaron constantemente en cada esquina de Itaembé Guazú. A los rastrillajes se sumó luego la Prefectura Naval Argentina, ampliando los procedimientos en las aguas del río Paraná.
La preocupación aumentó con el correr de las horas por el frío y la helada que azotaba a la capital provincial: entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves se registró la temperatura más baja en lo que va del año en Misiones, siendo de tan solo 1 grado y con la sensación térmica bajo cero.
La búsqueda, afortunadamente, culminó de la mejor manera al mediodía siguiente. Aproximadamente a las 12, efectivos de la Prefectura localizaron al menor a la vera del Paraná. Según precisaron desde la fuerza federal, estaba en una zona conocida como “Puerto Mango”, en el kilómetro 1573 de la localidad de Nemesio Parma. Se había alejado alrededor de cinco kilómetros de su casa, estaba descalzo y tenía hambre.
Para la tranquilidad de la familia, Bruno se encontraba en buen estado de salud. Luego brindarle las primeras asistencias, los efectivos lo trasladaron a las instalaciones de la Prefectura de Zona Alto Paraná, en donde médicos y psicólogos de la fuerza y de la Unidad Central de Emergencias y Traslados de la provincia lo recibieron y lo examinaron, a la espera de la llegada de sus padres.
Al ser contenido, el propio Bruno les contó a los oficiales que había pasado la noche allí, refugiado y protegiéndose del frío abrazado a sus dos perros que nunca se separaron de él y le brindaron calor. Además de Simón, también estaba acompañado de Atenas, la labradora de su vecino.
La esperada noticia trajo alivio para sus seres queridos y también para la comunidad y las autoridades provinciales. Fue el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, quien anunció públicamente que lo habían hallado. “Ahora se encontró a Bruno. Está muy bien. Agradezco a Prefectura Naval Argentina por el trabajo y a la Policía de la provincia. Gracias a dios retorna a su hogar”, comunicó en sus redes sociales durante el jueves.
A la espera de su familia, Bruno tomó leche caliente y comió facturas. Luego, regresó muy contento a su casa: los oficiales de Prefectura se las ingeniaron y con rapidez le compraron y le regalaron un par de zapatillas azules y un muñeco de Spiderman, su superhéroe favorito.