Tiene 21 años y vive en Ferré, provincia de Buenos Aires. Hizo una experiencia en Alemania y Dinamarca, pero volvió a a la Argentina porque extrañaba las costumbres. “Una mujer puede hacer lo que hace un hombre”, afirma.
Desde muy chica Paula Lorber Franquet supo que quería dedicarse a trabajar en el campo. Cuando en la escuela habló con las maestras sobre sus deseos, se le rieron y le dijeron que “las mujeres tenían que ir a la oficina”.
Sin embargo la joven que vive en Ferré, pueblo bonaerense con unos 2000 habitantes, confió en sus sueños y habilidades: al terminar el colegio secundario se capacitó con su familia y logró no solo trabajar de lo que le apasiona sino viajar al exterior y conocer la realidad del agro europeo.

Tambera y tractorista: el trabajo de Paula en Europa
Entre los años 2019 y 2021 estuvo en Alemania y Dinamarca, desarrollando tareas en un tambo y como tractorista. Contó que al principio la pusieron a prueba y tuvo que demostrar que podía manejar las maquinarias.
“Me fui con la experiencia de lo que aprendí con mi familia, y me dio felicidad tener la oportunidad. Además cuando mostré que podía trabajar, me trataron como a una igual”, dijo.
Sobre el desarrollo del campo al otro lado del océano analizó: “No hay balance, los suelos allá son muy malos pero hay mucha tecnología. A ellos les faltan cosas que nosotros tenemos y viceversa. Hay que pasar varios implementos por ejemplo para sembrar porque hay mucha piedra, la siembra directa es medio un imposible en esas tierras”.

“Me volví porque extrañaba”
A pesar de haber tenido la posibilidad de quedarse en Alemania, la tractorista de 21 años decidió regresar a la Argentina. “Me volví porque extrañaba mucho, me tiraban mis raíces. Me hacía falta la tradición de los asados, las guitarreadas y las jineteadas”, explicó.
Reconoció además que siente “mucha tristeza” cuando los jóvenes se quieren ir del país por las trabas que encuentran para progresar. “Es muy doloroso conocer el esfuerzo de lo que hacemos todo el día y que mucho no se valore”, dijo.

La tractorista se convirtió en una agro influencer
Sin sumarse a challenges o virales del momento, Paula logró construir en sus redes sociales una gran comunidad: en Instagram tiene unos 83.500 seguidores y en TikTok, 55.600.
“No puedo creer que yo tenga esa cantidad de seguidores, nacen de mostrar lo que hago día a día siendo mujer. Yo hago un trabajo de hombre pero sin perder mi feminismo porque para mí una mujer puede hacer lo que hace un hombre”, consideró.
Admite que muchos la ven cargando la sembradora la felicitan porque no “creían que una mujer podía hacerlo”. “Muchas ahora me dicen que soy fuente de inspiración, y más para las que por ahí sienten miedo o piensan que no van a poder avanzar en un rubro machista”, dijo Paula.
La tractorista está haciendo lo que siempre soñó: trabaja en la cosecha fina y comparte gran parte de su jornada laboral con caballos en un centro de doma. “Voy viviendo el día a día, no pienso mucho en el futuro pero me gustaría tener un centro de doma propio”, aseguró.