En medio de la pandemia del nuevo coronavirus​, miles de empleados informales buscan las formas para llevar algo de dinero a sus casas. En esa situación estaba María esa mañana en la que se encontró un maletín con $1.000.0000 en una parada de colectivos de Roldán, en Santa Fe. Lo curioso no es que haya buscado al dueño y devuelto el dinero, sino que, pese a los graves problemas económicos que pasa su familia, ya que su marido es changarín, también donó la recompensa.
El jueves, María (que pidió que su apellido no se difundiera) había salido de su casa en busca de algo de dinero para llevar comida a sus tres hijos. Estaba esperando el colectivo a las 7.30 en la ruta 9 cuando vio el maletín tirado a unos metros. Entonces lo tomó y lo llevó hasta su casa, donde su marido lo abrió con una amoladora.
Adentro había unos 40 sobres con el membrete de una empresa de Maciel. Su marido, que realiza trabajos de albañilería, propuso que cada uno abriera un sobre: los cinco tenían 10 mil pesos cada uno. En el interior también encontraron la copia de una partida de nacimiento de una persona residente en Monje, unos 70 kilómetros al norte, clave para encontrar al dueño del millón de pesos.
El silencio ganó la escena por unos minutos, hasta que Agustín, el hijo de 22 años que es árbitro de fútbol pero por la cuarentena está sin trabajo, le dijo a María: "Mamita, tenemos que devolverlo". E Internet fue la llave para encontrarlo.
A la tarde, el matrimonio dueño del maletín se acercó a la casa ubicada en el barrio Cotos de la Alameda de Roldán. "Les dije que había tomado 500 pesos de un sobre para comprar comida y Alicia, la mujer del empresario, me respondió que no me preocupara. También me preguntó qué estaba necesitando y le respondí que alimentos para mis hijos", contó María al diario La Capital.
Cuando les preguntaron si no necesitaban nada más, fue cuando a María se le ocurrió hacer una donación. "Mi marido es albañil y hace changas. Yo soy doméstica. La vamos piloteando. Por eso, se me cruzó la imagen de Jonatan, que me ayuda muchísimo", contó en Radio 2. Jonatan Mansilla es un joven que creó el grupo Amor Solidario en la localidad del departamento San Lorenzo y montó un merendero y comedor para darle de comer a los más necesitados de la zona.
Horas después al encuentro con el matrimonio, un supermercado de Funes le entregó a María un pedido con gran cantidad de mercadería y al día siguiente un taxista se acercó con cinco mil pesos para Amor Solidario, con los que compraron una paellera y un mechero para producir 200 viandas diarias.
"Lo conocí a Jonatan por medio de mi pobreza. Me mudé a Roldán a fines de 2018 después de haber tenido un accidente de trabajo. Estábamos muy mal, no tenía nada para cocinar. Uno de mis hijos me dio el teléfono de Jonatan para que lo llamara. A las diez de la noche y sin conocernos, Jonatan llegó a casa con un bolsón con mercadería. Luego en Pascuas supe que había repartido huevitos de chocolate y le volví a escribir preguntándole si no le habían sobrado dos para mis nenas. Otra vez vino de noche. Así surgió una linda relación, y por eso me acordé de él cuando el empresario me preguntó que más necesitaba", remarcó María.
La mujer de 38 años es empleada doméstica y gana poco más de siete mil pesos, mientras que su marido hace changas de pintura, albañilería y jardinería, pero ahora está sin trabajo. Viven con tres de sus hijos, una de las cuales padece problemas renales y necesita una alimentación especial que con esfuerzo logran cubrirle en un 80 por ciento.
"Muchos me dijeron que cómo se me ocurrió devolver ese dinero teniendo tantas necesidades -profundizó María-. Y les digo que no hubiéramos podido usarlo sabiendo que no era nuestro. Nos queda la alegría de que con nuestra acción pudimos ayudar a que muchos chicos tengan un plato de comida y una taza de leche".