Ezequiel Schneider es también hijo de “El Pájaro”, el mítico líder de la banda. Al estilo de los narcos colombianos, le exigió 30 mil dólares al dueño de una parrilla de Rosario.
El “plata o plomo” de los narcos colombianos llegó a Rosario de la mano de Gastón Ezequiel Schneider, con una sutil variación: “No la batas, si no hay plomo”. El medio hermano de Luciano “Lucho” Cantero es también hijo del mítico jefe de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero. Fue imputado días atrás acusado de exigir 30 mil dólares a un comerciante.
Todo quedó registrado en mensajes de WhatsApp que Schneider, de 21 años, envió al dueño de una conocida parrilla rosarina desde la cárcel de Piñero, donde cumple una condena de 10 años de prisión por robo calificado por uso de arma de fuego, amenazas coactivas y homicidio agravado.
A diferencia de “Lucho”, sindicado como líder de la nueva generación de la narcobanda, Schneider no lleva el apellido paterno. Aunque refuerza en redes sociales su vínculo sanguíneo con sentidos posteos dedicados a su padre, fuentes del caso aseguraron que utilizaría el lazo familiar que lo une al clan Cantero para cometer crímenes.
Este jueves, la policía allanó la casa de su tía, Macarena Cantero, la hermana de Claudio “El Pájaro” Cantero, y le secuestraron 660 mil pesos y motos.

“El Patrón” de Rosario: Schneider y su idolatría por el “Pájaro Cantero”
En una de las fotos que publicó en Facebook lleva una remera con la cara de su padre.
El “Pájaro” Cantero es en el sur de Rosario lo que fue Pablo Escobar para Medellín: un líder carismático, que fue muy querido y respaldado por muchos vecinos del barrio, pero capaz de ordenar todo tipo de crímenes.
La imagen de “El Patrón” colombiano se convirtió en un ícono que se imprime en vestimentas, pósters y pins. Tal vez, Schneider comience una nueva moda similar con el rostro del capo rosarino. En su honor ya existe un mural que decora la canchita en la que organizaba torneos de fútbol para chicos.
De hecho, el ex de Lorena Verdún puede haber sido el precursor de las extorsiones que ahora llevan adelante sus herederos. “El Pájaro” era conocido por enviar mensajes a policías con la dirección de sus casas particulares. Fue acribillado por una banda rival el 26 de mayo de 2013, en la puerta de un boliche de Villa Gobernador Gálvez.
“Vas a tener que abonar como tu socio. No la batas, si no hay plomo para tu casa, la tienda de tu novia y para el bar”. La nota, que lleva la firma de “la mafia”, fue deslizada por debajo de la puerta de una conocida parrilla rosarina, ubicada sobre la avenida San Martín, el 21 de diciembre pasado.
Esa misma fórmula utilizaron en 2018 los responsables de intimidar jueces, en una serie de ataques adjudicados a Ariel “Guille” Cantero, el tío de Schneider. Aunque el narco condenado a más de 100 años de prisión se desentiende de los asuntos de su sobrino.
Lo mismo ocurre con “Lucho”, embarcado en una contienda más sangrienta. El hijo de Lorena Verdún, de 18 años, que exhibe su poder ofensivo y ostenta sus armas en posteos públicos, recibió prisión preventiva por máximo plazo por ordenar un homicidio, acopio de armas, intimidación pública y extorsión.

La amenaza del medio hermano de “Lucho” Cantero: “Plomo para toda tu familia”
La amenaza adjudicada a Schneider, escrita con marcador rojo en dos hojas de papel rayado, fue encontrada por el encargado, a las 9 de la mañana y estaba dirigida al dueño del local de comidas que, ese mismo día, comenzó a recibir mensajes de WhatsApp a su celular con el monto de la extorsión: “30 mil dólares. Si no, plomo para toda tu familia”.
El empresario no pagó. El 23 de diciembre, dos días más tarde, un Renault Logan se detuvo en la puerta de su casa. Una persona sacó el brazo por la ventanilla y disparó. Las detonaciones impactaron en el frente de la propiedad.
“Esto va a ser peor si no arreglamos”; “Tenés que pagar amigo”; “Le voy a tirar un rafagazo más a la tienda de tu novia y a la parrilla”;”Te haces el duro, yo te voy a dar a vos, te voy a tocar donde mas te duela”, fueron algunos de los mensajes que siguieron por celular.
Según la acusación del fiscal Matías Edery, el hijo extramatrimonial de “El Pájaro” ordenó la balacera.

El empleado infiel que “vendió” a la víctima de la extorsión y la utilización del nombre del líder de la nueva generación
El dueño de la parrilla no lo sabía en ese momento, pero Schneider estaba usando el celular a nombre de uno de sus empleados para amenazarlo desde prisión. Se trata Fausto Gamarra, el primo de Schneider.
Gamarra, que trabajó durante 4 años en el local de comidas como repartidor, le facilitó al nieto de Máximo “El Viejo” Cantero toda la información necesaria para ejecutar la extorsión. Incluso, quedó registrada su última visita al penal donde está alojado su primo, el 21 de diciembre, el mismo día en el que todo empezó.
Como el hombre no pagaba, Gamarra intentó manipularlo para que lo haga, sugiriendo que las personas a las que les negaba el dinero eran “atrevidas” y “terribles”. “Le querían dar a la tienda cuando haya gente para pegarle a uno y que vean que ellos no joden”, advirtió.
También deslizó que “Lucho” Cantero estaba detrás de la extorsión y que era amigo del tercer cómplice: Franco Arias, otro repartidor.
Arias fue quien dejó la primera nota y le advirtió al encargado que si no daban el dinero todo iba “a ser peor”. También la persona que hablaba por “Lucho”. Dijo que los extorsionadores trabajaban para el heredero de “El Pájaro” y que si los denunciaban a la policía, conocían la casa de toda la familia y que “por menos de 20 mil dólares no arreglaba”.
Los investigadores no están tan seguros que el hijo de Lorena Verdún haya ordenado al extorsión, por el contrario, creen que su facción no responde por los delitos de Schneider.
Con todo, desde el homicidio de “El Pájaro”, que disparó una serie de venganzas narco que tiñeron de sangre la ciudad y las condenas a “Guille” y a su medio hermano Ramón “Monchi” Machuca, el clan Cantero se atomizó: se abrieron grietas entre los líderes antiguos, creció la figura de “Lucho” con los años y otros, más alejados del núcleo del clan, utilizan el apellido para cometer todo tipo de delitos.
Estás divisiones territoriales, de rubros y jerarquías (”Guille” opera dentro de esferas del poder rosarino y con la complicidad de barras del fútbol y sus sobrinos, por ahora, están dedicados a la narcoviolencia en una escala más barrial), demuestran que, pese a que los jefes están presos, el legado narco de Los Monos está vigente y su poderío lejos de apagarse.