Por Gregorio Sogno

En enero del 2020 veíamos a la presidente de SAMCo, Sra. Débora Garcia, con una alcancía recorriendo las noches de carnaval, en la calle Cabanius y Moreno, pidiendo a los sangregorienses y la gente que había llegado de otros lugares una ayuda para el Hospital. No había dinero para las guardias activas y las noches de San Gregorio, sin médicos, podía ser una muerte lenta.
Dos veteranos dirigentes políticos, que en ese entonces no querían saber nada del hospital porque no los podían “manejar”, le dijeron a la Sra. Garcia al pedir una colaboración que "habían salido sin dinero”.
Era la imagen patética de un pueblo, por los egos, el poder, el autoritarismo, ni siquiera atención primaria podíamos tener menos por la noche, cuando sabemos que no hay médicos.
Pero en marzo apareció la pandemia del covid-19, y el Hospital poco a poco fue ocupando la escena de la vida en San Gregorio. Fue imprescindible dotarlo de nuevo elementos, debía adecuarse a dividir los sectores del mismo por la misma pandemia.
Y fué emergiendo, poco a poco, una mujer y su equipo de profesionales y no profesionales, fue captando la atención de un pueblo; la médica Directora del SAMCo Alicia Simón. Se cargó todo sobre sus hombros y entre todos enfrentaron la pandemia que tuvo un pico de 70 personas contagiadas y 200 aislados por contacto estrecho. Ella, y todo el equipo del hospital, fue maravilloso la lucha que tuvieron, aclaremos que ante el problema, el dinero para las guardias apareció.
Dias atrás, la Dra .mostró la realidad de las cosas, en un comunicado del Hospital de San Gregorio, que expresaba: "EL PERSONAL DE SALUD HA TRABAJADO INCANSABLEMENTE DESDE HACE 10 MESES PARA CONTROLAR LA SITUACIÓN Y HA SIDO IMPOSIBLE POR LA FALTA DE COOPERACIÓN E IRRESPONSABILIDAD DE ALGUNAS PERSONAS".
Una manera de decir que si hubo casos de covid-19 en San Gregorio no fué por culpa de este Hospital, sino por la misma gente de San Gregorio.
El querido hospital sigue enfrentando la pandemia, se prepara para un nuevo pico. Hasta fin de año hay en el pueblo 20 contagios, y con aislamientos y seguimiento de 35 personas.
Fue el año que algunos “dinosuarios” negociaron bien y obtuvieron viejos anhelos. Este tipo de personas absolutistas, ególotras, con viejos rencores y viejas venganzas por cobrarse son los que negocian "por debajo de la mesa", y se ponen más de manifiesto en hechos donde la democracia y las instituciones están en juego.
Años de muchas y dolorosas pérdidas que causaron gran impresión y tristeza en la población, negocios que sufrieron duros impactos por la cuarentena y aislamiento, un año que la realidad superó los peores pronósticos.
Ojalá el 2.021 sane el pasado, para un mañana mejor.